deseo sexual baño

El sexo es la mágica compatibilidad entre el romanticismo y el bidet" (Xavier Rubert de Ventós)

En el cuarto de baño se realizan tanto actividades cotidianas que juegan a favor del deseo sexual como actividades que actúan de inhibidores de éste.

 

Dado que las parejas estables, en algún momento de su relación, es posible que convivan la pregunta que inevitablemente surge es ¿Cómo afecta a la libido de la pareja estable compartir el cuarto de baño?

 

Antoni Bolinches en su libro Sexo sabio dio respuesta a esta pregunta mediante la teoría del váter. En este artículo me gustaría explicárosla para prevenir, en la medida de lo posible, el deseo sexual hipoactivo.

 

Existen muchos casos de inhibición del deseo sexual producidos por la incapacidad de ambos miembros de la pareja de conciliar la intimidad sexual con el derecho la privacidad en el baño.

 

¿Es lo mismo intimidad que privacidad?

Intimidad y privacidad son dos conceptos distintos: la intimidad hace referencia a compartir privadamente, en cambio, la privacidad es algo propio y particular de cada persona, es decir, que se lleva a cabo en solitario.

 

Intentar que estos conceptos coincidan es un error, ya que conduciría a considerar que todo lo privado forma parte de lo íntimo.

 

Y la realidad es que todo lo íntimo forma parte de lo privado, pero no todo lo privado forma parte de lo íntimo

 

Es decir, lo que necesita el sexo es intimidad, en cambio, la función excretora requiere privacidad.

 

Hay personas que, argumentando familiaridad y confianza comparten ventosidades y entran el cuarto de baño cuando su pareja se encuentra en el retrete.

 

Si ambos piensan igual y se sienten cómodos con ello, no tiene porqué haber ningún problema, pero la existencia de discrepancias en la manera de entender la intimidad y la privacidad, puede ser el origen de la disminución o inhibición del deseo sexual.

 

Razones para realizar en solitario la evacuación fisiológica:

Hasta aquí hemos hecho referencia a cómo el baño, relacionado con la función excretora, puede disminuir e incluso inhibir el deseo sexual. 

 

Pero también es cierto, como dije al principio, que ciertas actividades llevadas a cabo en él pueden ayudar a potenciarlo, ya que es el lugar donde se emplea bastante tiempo en potenciar nuestro atractivo físico.

 

Además compartir una ducha o un baño con tu pareja puede ser la antesala o el escenario de una relación sexual.

 

En definitiva, la única relación que debe existir entre el sexo y los excrementos es la que puede producirse de manera accidental en una relación sexual, a menos que ambos lo deseen y elijan libremente que formen parte de ella como es el caso de algunas parafílias sexuales.

Si necesitas hacerme alguna pregunta sobre tus problemas sexuales o quieres iniciar una terapia sexual en Barcelona u online ponte en contacto conmigo. 

 

¡Estaré encantada de ayudarte! 

¡Un abrazo y nos vemos en el próximo post!

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