Ir a una sexóloga no debería ser más difícil que consultar a cualquier otro profesional (médico, ginecólogo, fisioterapeuta…) cuando tienes un problema que quieres solucionar.
Pero la realidad es que cada día llegan a mi consulta personas que les ha costado mucho tiempo (incluso años) atreverse a pedir una cita para resolver sus problemas sexuales.
¿Por qué nos cuesta tanto ir al sexólogo? ¿Cuáles son las razones por las que tardamos tanto tiempo en pedir una cita?
¿Tengo un problema sexual?
La primera razón es que no seas consciente de que tienes un problema sexual.
Aunque el sexo es un tema habitual en tu día a día, a veces es difícil reconocer que hay una dificultad sexual.
Puede que detectes que algo no está bien en tu sexualidad, pero consideres que no es algo tan grave o importante.
Por lo que, aunque sabes que tu vida sexual no es como te gustaría, no se te ocurre pedir ayuda y te conformas, «vas tirando».
Esto suele pasar, sobre todo, si el problema sexual no te impide mantener una relación sexual (como en el caso de la eyaculación retardada, la anorgasmia, la falta de deseo sexual…).
Incluso puede que pienses que, con el tiempo, tus relaciones sexuales mejorarán, como si el simple paso del tiempo fuera curativo.
Si sientes que hay algo que no está bien, consúltame, obviando el problema lo único que consigues es que se cronifique y sea más difícil solucionarlo afectándote a ti y a tu relación de pareja.
«He notado una evolución positiva desde el primer día. Poder tener a alguien con el que hablar de problemas tan íntimos ha sido de vital ayuda».
¿Soy un bicho raro?
Otra razón por la que puede que tardes en consultar es que te sientes como un bicho raro.
Seguramente pienses que tu entorno (amigos, familiares, conocidos…) tiene más y mejores relaciones sexuales que tú.
Que algo raro te pasa para no poder disfrutar del sexo como los demás.
Y claro, pensando así es mucho más difícil pedir ayuda.
Cuando un paciente me expresa esto en consulta, siempre les respondo lo mismo:
«Yo veo cada día a personas con problemas sexuales que quieren resolverlo, para mí es lo normal».
Es más común y hay más personas de las que crees que no están satisfechas con su sexualidad, pero no lo dicen por vergüenza. Y esto me lleva al siguiente punto.
«Me he dado cuenta que mi caso no es aislado, a muchas mujeres también les ocurre .»
«María es muy buena profesional, te escucha y te hace sentir a gusto. Es muy cercana e intenta ayudarte en todo lo que pueda. No te hace sentir “rara”, sino que tus problemas son comunes y que con paciencia y trabajo se puede estar mejor».
«Me ha ayudado mucho el trato cercano y el saber que no eres la única persona que esta en esa situación».
La vergüenza
Ligado con lo anterior, si sientes que solo te pasa a ti, seguramente no lo comentes que casi ninguna o ninguna persona. Lo escondes, porque te da vergüenza que los demás sepan que tienes un problema sexual.
Acudir a una sexóloga hoy en día, me recuerda a lo que suponía ir al psicólogo hace algunos años (y todavía hoy en día). Es un tema tabú y da vergüenza reconocerlo.
Pero lo cierto es que, el sexo no es tan instintivo como piensas y necesitas aprender más allá de las películas porno y de que en el colegio (con suerte) te enseñen a poner un preservativo.
«María me ha ayudado mucho y he estado muy a gusto con ella, y eso es algo que valoro mucho y que ha hecho que hablara sin vergüenza. .»
«Me he abierto más y he podido hablar sin vergüenza de mis problemas y mis sentimientos, no solo con la doctora sino también con mi pareja..»
«Me he dado cuenta de que es necesario hablar las cosas. Los problemas relacionados con la terapia sexual, como es la eyaculación precoz, no suelen comentarse con ninguna persona de tu circulo, por muy cercano que sea. Poder explicar mi situación a María ha permitido por una parte normalizar la situación y ganar confianza en mí mismo, y en segundo lugar ver las raíces del problema mucho más claras.»
«Supongo que me imaginaba algo más en plan diván y cuéntame tus sueños. No sé. Me alegra que el formato no fuese ese, sino algo mucho más informal y natural. En pocas sesiones dejé de tener miedo de enseñar mi parte tímida y herida, que en general me ocupo bien de esconder. María te pone en confianza..»
¿Cuándo ir al sexólogo?
Una vez reconoces que tienes un problema sexual, la siguiente pregunta es: ¿Qué profesional me pude ayudar? ¿Voy al ginecólogo/urólogo? ¿Al sexólogo?
Si relacionas los problemas sexuales con el cuerpo, con algo físico que no funciona del todo bien, probablemente acudas primero a un urólogo o un ginecólogo.
Si en la consulta, el urólogo o ginecólogo te dice que a nivel orgánico todo está bien, posiblemente te quedes descolocado/a. ¿Y ahora qué?
«Recomendaría sin duda ir a ver un especialista. Libera mucha carga de encima desde la primera visita, además de proporcionar nuevos enfoques que jamás se me habrían ocurrido».
¿Cómo es una primera sesión con un sexóloga?
No todo el mundo conoce la figura del sexólogo. O si te suena, quizás no sepas cómo es una primera sesión y tengas reticencia a pedir hora.
Por ese motivo, me gustaría contarte cómo es una primera sesión conmigo, para que no tengas miedo de venir a verme si lo necesitas.
En una primera sesión hay dos cosas que son muy importantes para mí:
En primer lugar, es fundamental que te sientas cómodo/a conmigo y comprendido/a en todo momento. Que sientas que el espacio de terapia es un lugar agradable, relajado y seguro donde puedes contar todo aquello de lo que no has hablado nunca o a duras penas.
No voy a juzgar nada de lo que me cuentes, sino que me voy a poner en tus zapatos y escucharte con mucho respeto y cariño.
En segundo lugar, mi intención de este primer contacto es poder comprender qué te está sucediendo.
Para ello hablaremos de ti, de lo que más te preocupa en este momento, de lo que has intentado hasta ahora para resolver tus problemas sexuales, de cómo lo estás viviendo tú, de lo supone para ti y tu pareja (si la tienes), de tu historia sexual, tus experiencias vividas…
Con toda esta información ya podremos comenzar a entender qué está sucediendo y encaminaremos las siguientes sesiones de terapia sexual.
«Después de una primera mala experiencia, viví la terapia con María de una forma muy natural. Tal vez esperaba a algo mucho más “teórico”. Por suerte no fue así. Es muy fácil hablar con ella. Su posado es afable y tranquilizador. Ríe mucho, sin hacer bromas que podrían incomodar y es muy sentida con el paciente. María es capaz de identificar actitudes, palabras clave y expresiones mientras tu das tu explicación, de una forma pacífica en la que te das cuenta de cosas junto a ella.»
«No me he sentido nada juzgado, más bien lo contrario, me ha servido para relajarme, para bajar la tensión que existía con mi pareja.»
«Pensaba que me iba a cohibir y que no me sentiría cómoda, pero a medida que fueron pasando los días y las sesiones me sentía mucho mejor, María es una persona muy cercana y profesional, me gustó mucho que con respeto se sensibilizara conmigo y fuera dulce a la hora de decirme las cosas, eso hacía que me sintiera muy a gusto.»
«Empecé asustada pero contenta de haber tomado la decisión de que necesitaba ayuda. María me hizo sentir segura y tranquila desde un primer momento .»
«Empecé la terapia en una etapa en la que me sentía bastante solo y “superado” por la situación a la que me enfrentaba. Recuerdo que, en las primeras sesiones, salía sintiéndome mejor que cuando entraba, pues tenía un lugar donde abrirme a nivel emocional.»
«Yo me he sentido escuchada y comprendida, y he sentido que he aprendido muchas cosas sobre mi misma. .»
«Ha sido mi primera terapia y no tenía ni idea de cómo sería. Ya después de la primera sesión, supe que iría bien. Hablar de este tema con toda la naturalidad del mundo, ayuda y mucho.»
«Transmites tranquilidad, observas y opinas lo justo en el momento adecuado. El clima de confianza y confort es óptimo.»
¿Tengo que ir en pareja?
Llegados a este punto quizás hayas reconocido que tienes un problema sexual, que no eres un bicho raro y ya sepas dónde acudir para resolverlo.
Y de repente te asalta la siguiente duda ¿tengo que ir en pareja?
Hay personas que se sienten más cómodas tratando el problema sexual de forma individual que en pareja. Otras en cambio, prefieren venir en pareja para trabajarlo juntos. Y hay parejas que no quieren venir a consulta, pero sí colaboran desde el anonimato. Y hay otras personas que en estos momentos no tienen pareja.
Puedes acudir a terapia sexual como te sientas más cómodo/a, no es imprescindible acudir en pareja.
Sin embargo, si tienes pareja sentimental siempre recomiendo (en algún momento de la terapia) hacer una sesión conjunta para conocernos y compartir cómo vive todo el proceso.
Si tu pareja no quiere venir, te sientes incómodo/a o no tienes pareja sentimental, no te preocupes, empieza tú.
Lo importante es no dejar pasar más tiempo y ponerte en marcha para resolver el problema.
«Nos ha ayudado mucho el hablar los dos con alguien delante, a pesar de que los dos tenemos mucha comunicación entre ambos y sobre todo ver cosas del uno y del otro con ejemplos desde otra perspectiva..»
Si necesitas hacerme alguna pregunta sobre tus problemas sexuales o quieres iniciar una terapia sexual en Barcelona u online ponte en contacto conmigo.
¡Estaré encantada de ayudarte!
¡Un abrazo y nos vemos en el próximo post!
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