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Con la llegada de la menopausia son muchas las mujeres que me consultan por los cambios que se producen en su sexualidad.
Y es que la menopausia es una etapa normal del ciclo vital de la mujer que viene acompañada de una serie de cambios tanto a nivel físico como psicológico que pueden afectar a tu sexualidad.
¿Cómo afecta la menopausia a tus relaciones sexuales?
Los cambios hormonales que se producen en la menopausia pueden contribuir a reactivar, frenar o interrumpir las relaciones sexuales. Todo depende de cómo los afrontes.
Los cambios físicos por sí mismos no alteran tu potencial para desear, excitarte, tener orgasmos y estar satisfecha sexualmente. Son los factores psicológicos y emocionales los que influyen en tu bienestar sexual.
De hecho, la forma en la que percibas y vivas la menopausia va a condicionar la manera en la que experimentes tu sexualidad.
Problemas sexuales habituales en la menopausia
Estos son los problemas sexuales más habituales que se presentan en la menopausia. No todas las mujeres les pasa lo mismo, puede que tú experimentes alguno de ellos, todos o ninguno.
Actualmente tenemos un modelo de belleza que premia la delgadez y la juventud, creando una visión negativa de la madurez.
Los anuncios de perfumes, joyas, coches… siempre están representados por mujeres jóvenes que no pasan de los 25 años. Luego están los anuncios de limpieza del hogar y cuidado de los niños que siempre cuentan con una mujer de unos 30 años.
¿Y qué anuncian las mujeres a partir de los 50? Exacto. Anuncios de dentaduras postizas y pérdidas de orina. Y con este panorama no es extraño que dejes de sentirte guapa y atractiva,
A cada edad le toca un cuerpo diferente. Puedes sentirte atractiva y despertar deseo en el otro tengas la edad que tengas. La seducción es más una actitud que una determinada imagen corporal.
Seguramente, en algún momento de tu vida, te hayas sentido atraída por alguien que no encajaba en tu prototipo, o al revés, alguien que era exactamente tu ideal de belleza, pero que al final no se ha generado ese feeling.
Dependiendo de cómo te adaptes al cuerpo que tienes ahora, podrás compartirlo con tu pareja sexual y sentirte segura y atractiva o lo esconderás porque te avergüenzas de él.
Si te avergüenzas, no jugarás con tu cuerpo y no podrás disfrutar de él ni a solas ni en pareja.
El cambio en el nivel de estrógenos provoca que las paredes vaginales se vuelvan más delgadas, menos delgadas y pierdan parte de su humedad natural.
A nivel sexual, esta sequedad vaginal puede provocar desde molestias a un dolor intenso durante la penetración. Por lo que es normal que evites las relaciones sexuales por miedo al dolor.
Muchas mujeres interpretan esta falta de lubricación con falta de deseo sexual. Pero la realidad es que podemos desear a nuestra pareja sexual y que nuestro cuerpo no lubrique como lo hacía anteriormente.
Son dos fases distintas de la respuesta sexual femenina que no hay que confundir.
Con tantos cambios en la menopausia, puede que tus relaciones sexuales pasen a un segundo plano y tu deseo sexual disminuya temporalmente, pero ni es definitivo ni les ocurre a todas las mujeres.
Un factor que tiene más peso que los cambios hormonales es tener una pareja de larga duración.
Hacer las cosas el mismo día, a la misma hora y en el mismo sitio es un pasaporte seguro hacia la rutina sexual. Lo que alimenta al deseo sexual no es la norma, sino la novedad.
Ten en cuenta que las mujeres que se enamoran en esta etapa o buscan pareja no tienen problemas de deseo sexual.
Si experimentas dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia), el sexo se convierte en una experiencia negativa y es normal que cada vez tengas menos ganas de repetir.
Además, en el deseo sexual, también influye tu historia sexual. Si nunca has disfrutado de tu sexualidad y no lo consideras algo importante en tu vida, durante la menopausia puedes encontrar la excusa perfecta para renunciar a ella o reducirla drásticamente.
En cambio, si has disfrutado de tus relaciones sexuales y has tenido experiencias satisfactorias, difícilmente querrás renunciar a tu sexualidad y tu deseo sexual seguirá como hasta ahora.
Es probable que la frecuencia de las relaciones sexuales a partir de los 50 disminuya, pero esto no significa que baje la calidad de tu sexualidad, de hecho, puede aumentar.
Que sea menos frecuente no tiene por qué ser menos gratificante.
Además, puede que tengas relaciones sexuales con tu pareja «porque toca», porque tienes miedo de perder a tu pareja si no cumples con unos «minimos».
Te comparas con otras épocas de tu vida o con otras personas y te fuerzas a cumplir con cierta regularidad en la frecuencia de las relaciones sexuales independientemente de lo que tú quieres. Creando así un sentimiento de tarea.
Por otra parte, si tu pareja te persigue para tener relaciones sexuales con penetración, es probable que no te apetezca, sobretodo si tienes problemas de lubricación.
Muchas veces confundimos tener relaciones sexuales con la penetración y seguramente a partir de los 50 años no sea tu práctica favorita.
Tienes que redescubrir tu sexualidad y adaptarla a esta nueva etapa y no ir tan al grano.
Como disminuye el tono muscular y se concentra menos sangre en la zona vaginal las contracciones del orgasmo pueden ser menos intensas. A pesar de esto, tu capacidad de disfrute no tiene por qué alterarse.
Además, ten en cuenta que los cambios de la menopausia no afectan al clítoris que no envejece.
No finjas los orgasmos. Muchas veces se finge tener un orgasmo para que se acabe la relación sexual.
Porque se supone que tienes que tener un orgasmo, y si ves que no lo vas a conseguir… lo finges. Con lo que no eres sincera contigo misma ni con tu pareja con lo que limitas tu placer.
Ideas para disfrutar del sexo en la menopausia
Lo primero que quiero decirte, es que tu sexualidad no tiene por qué acabarse nunca, aunque, evidentemente va a ser distinta a otras épocas de tu vida. Tus relaciones sexuales tienen que adaptarse a tus deseos, necesidades y preferencias.
Al igual que evolucionas como persona, tu sexualidad también tiene que irse transformando. El sexo a los 18 no es el mismo que a los 30, a los 50 ni será igual a los 80.
Conoce y explora tu cuerpo
Con el paso del tiempo tu cuerpo va cambiando, dependiendo de si lo has ido manteniendo en forma o no. Aceptar tu cuerpo es importante para poder disfrutar de esta etapa y de tu sexualidad.
De no ser así, siempre querrás tener menos edad de la que tienes y nunca disfrutarás del momento que estás viviendo.
Mírate al espejo, explora cómo eres ahora, cómo has cambiado… vuélvete a conocer.
¿Te has visto la vulva con un espejo? Muchas mujeres no han explorado su anatomía, no saben dónde está su clítoris, qué aspecto tiene su vulva, sus labios…
Si exploras tu cuerpo, estás en contacto con él, conoces tus zonas erógenas y te das permiso para abrirlo al placer.
Hidrata tu vagina
Estoy segura que tienes crema hidratante para el cuerpo pero… ¿Tienes crema hidratante vaginal? ¿Y lubricante en la mesita de noche?
Hidrata tu vagina. Igual que te pones crema en el resto del cuerpo, llega un momento en que tu vagina también necesita que la hidrates. La crema hidratante te ayudará a sustituir el agua que pierde nuestra piel y así no se resecará.
Utiliza lubricante. Los lubricantes sirven para facilitar que el pene resbale en la penetración, reduciendo así la fricción que se produce. Aunque estés excitada, ya no lubricas igual, por lo que es indispensable que tú decidas el momento de la penetración.
Usa un vibrador. Los vibradores ayudan a mejorar la salud sexual ya que estimulan el flujo de sangre a la zona vaginal, lo que aumenta la humedad vaginal y la respuesta sexual, previniendo problemas como la sequedad y la atrofia muscular.
Aumenta el tiempo de estimulación. Dedicad más tiempo a otras prácticas que no sean la penetración, ya que así aumentará tu lubricación vaginal natural.
Despierta tu deseo sexual
Céntrate en tus sentidos. Tu sexualidad no tiene que estar centrada en el coito, sino encaminada al placer.
Recuerda que tienes 5 sentidos y que cada uno de ellos puede convertirse en una fuente de captación de sensaciones que pueden estimular tu deseo sexual.
Piensa en sexo. ¿Cuántas veces al día estás en contacto con tu sexualidad? Para tener una sexualidad activa, tienes que pensar en ella.
Centra tu atención en fantasías eróticas, reproduce escenas que sabes que despiertan tu deseo… cada mujer tiene su material erótico y cualquier fantasía es buena si tú la eliges.
Fomenta la intimidad con tu pareja. ¿Te apetece pasar tiempo con tu pareja? Muchas veces olvidamos que somos pareja y no compartimos mucho más que la gestión del día a día. El deseo necesita momentos de intimidad.
Mira a tu pareja desde la novedad. Si llevas muchos años con tu pareja, seguramente se habrán establecido ciertas dinámicas que nos arrastran a la rutina y es difícil salir de ella.
¿Qué cambiaría en tu sexualidad si vieras a tu pareja desde la novedad? ¿Te atreverías a proponerle algo nuevo?
Potencia tu placer
Ejercita tu suelo pélvico. Si ejercitas tu musculatura vaginal, estará más tonificada y las contracciones serán mejores. Puedes hacerlo mediante los ejercicios de Kegel o utilizando bolas chinas.
El placer como camino. La sexualidad no está centralizada en los genitales, el objetivo no es de dónde obtener placer, sino compaginar todas las formas de placer.
¡Disfruta de tu sexualidad a cualquier edad!
Si necesitas hacerme alguna pregunta sobre tus problemas sexuales o quieres iniciar una terapia sexual en Barcelona u online ponte en contacto conmigo.
¡Estaré encantada de ayudarte!
¡Un abrazo y nos vemos en el próximo post!
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