La ansiedad es un mecanismo de defensa que utiliza tu mente para alertarte que estás ante un peligro y te protege de esa amenaza (evitando la situación, huyendo de ella o haciéndole frente).
Imagina por un momento que un león entra por la puerta. Ante una situación de peligro, tu cuerpo se prepara para hacerle frente activando el sistema nervioso simpático (que en realidad no es nada simpático) para que respondas huyendo o luchando.
Cuando tienes un problema o estás preocupado por cualquier tema (una situación de miedo a nivel psicológico), tu cuerpo reacciona igual.
Si hay algo que te preocupa es normal que toda tu atención se centre en resolver el problema que te está generando estrés y no haya espacio para los placeres porque, en este momento es secundario.
¿Tiene sentido pensar en sexo o excitarte si un león entrara por la puerta?
Y es que a nivel físico, necesitas que tu cuerpo se relaje (active el sistema nervioso parasimpático) para poder concentrarte y experimentar las sensaciones placenteras y así tu cuerpo se excite.